Christian Walter ha sido, durante décadas, una figura imprescindible en la serigrafía artística en España. Maestro en el arte de traducir la obra de grandes creadores a un lenguaje hecho de color, precisión y sensibilidad, su taller se ha convertido en un referente nacional e internacional. Su trayectoria ha elevado la técnica serigráfica a la categoría de arte y también ha impulsado la profesionalización del sector desde dentro: como miembro de la Junta Directiva de FESPA España. Con numerosos galardones a sus espaldas —entre ellos los prestigiosos Premios Ramón Sayans y los FESPA Awards—, Christian afronta ahora su jubilación dejando un legado profundo y una huella imborrable en nuestro sector de la comunicación visual. Con esta entrevista, FESPA España quiere rendir homenaje a una trayectoria excepcional, a una vida dedicada al oficio y al arte, y a una persona cuya pasión ha sido siempre su mejor carta de presentación.
¿Qué te llevó a enamorarte de la serigrafía artística y cómo recuerdas tus primeros pasos en este oficio?
Desde temprano tuve inclinaciones artísticas. Descubrí la serigrafía por una doble vía: estando matriculado en la Escuela de Arte y Oficios de Granada en un curso de grabado calcográfico, llegué a colaborar en el taller de serigrafía de una galería local. A la vez, trabajé intermitentemente en una feria comercial en Alemania, donde, entre otros cometidos, realizábamos la rotulación en serigrafía. Empecé a considerar la serigrafía como la más versátil entre las técnicas de impresión, la que más posibilidades te brinda en cuanto a medios imprimibles y soportes. Durante este tiempo conocí a Loli, mi futura esposa y socia para un proyecto de vida en común. Al decir que queríamos asentarnos definitivamente en Granada, la idea de fundar un taller de serigrafía artística nos pareció una buena opción.
· Has trabajado mano a mano con grandes artistas. ¿Qué crees que ha hecho única tu forma de interpretar y trasladar sus obras a la serigrafía?
Trabajar codo con codo con tantos creadores ha sido inmensamente enriquecedor; con todos y cada uno de ellos hemos podido aprender cosas nuevas, ampliando nuestros horizontes. Podemos decir que hemos tenido una vida profesional muy interesante y “variopinta”. Creo que, para este trabajo, aparte de conocimiento y destreza, hace falta desarrollar una empatía especial, quizá no tanto con el artista como persona, sino con cada una de las obras que te trae.
· Has recibido reconocimientos tan relevantes como los Premios Ramón Sayans y los FESPA Awards. ¿Qué significado tienen para ti en el conjunto de tu carrera?
El peso del reconocimiento que te dan estos premios, en cuanto a prestigio, es incontestable. En el año 2008 sustituimos las tintas al disolvente que usamos hasta la fecha por otras solubles al agua y biodegradables, que, en lo sucesivo, nos proporcionaron un aumento considerable en la calidad de nuestras estampas en cuanto a color y definición. Con esta nueva herramienta empecé a desarrollar un sistema de separación de colores ajustado a nuestras maneras de hacer. Como consecuencia de ello, obtuvimos nuestro primer Gold-Award en 2016 con “Rojo” de Paco Pomet. Desde entonces nos fueron otorgados unos cuantos; el haber ganado estos premios personalmente me hace sentir como si me codeara con otras eminencias de mi profesión como Michael Domberger, Michel Caza, Hans Peter Haas o Lorenz Boegli.
· Tu implicación en la Junta Directiva de FESPA España ha sido muy valiosa. ¿Qué te motivó a participar activamente en la asociación y qué te llevas de esa etapa?
La verdad, no sé si he podido aportar mucho; espero que alguna idea o inspiración. Ojalá todos nuestros premios hayan servido también para contribuir a la reputación del conjunto de nuestro sector en España.
· Ahora que llega la jubilación, ¿qué te emociona más al mirar atrás y qué legado te gustaría dejar al sector?
Un amigo mío cuenta que los talleres, con el tiempo, desarrollan una identidad propia, desligada incluso de la personalidad de quien lo lleva. Parece ser verdad; al menos, en nuestro caso, el taller quiere resistir y nos está apareciendo gente joven que quiere seguir con él. Ya veremos.

Taller de Christian Walter
Con su jubilación, Christian Walter deja un ejemplo de pasión, rigor y dedicación que seguirá inspirando a artistas e impresores. Su legado es una invitación a valorar la creatividad, la técnica y el compromiso con el arte de la serigrafía en cada generación que viene.



De izquierda a derecha: Ángeles Agrela – Inka con flores rojas, 2023, Galardonada con FESPA GOLD 2025; Paco Pomet – Rojo, 2015, Galardonada con un FESPA GOLD AWARD 2016 Amsterdam; Soledad Sevilla – Los días con Pessoa I, 2021)





