Las impresoras en tres dimensiones se consolidan como el esquema de producción del futuro. Tanto es así que están consideradas como la tercera revolución industrial. En este artículos indagamos en los principales ejes que articulan su realidad y analizamos cómo su uso está modificando el presente del sector y también lo hará con su futuro.
La vigencia de las impresoras 3 D es una realidad imparable. Tanto es así que un informe reciente de Gartner, una de las principales firmas de analistas en el ámbito mundial, estima que la venta de las impresoras 3 D crezca un 108% este año.El motivo de esta creciente demanda es la amplia variedad de industrias en las que la impresión en 3D tiene un papel cada vez más preponderante. Hablamos de una tecnología que puede beneficiar a una amplia gama de empresas que trabajan con plásticos, metales y telas.
Esta tecnología 3D les permite ser más eficientes, innovar más rápidamente y generar menos residuos.Sin embargo, el potencial de esta tecnología va más allá de esta tendencia. Hasta el punto de que nuestros compañeros de Fespa Internacional consideran que pasará a ser parte de un sistema de negocios súper-conectados, lo que favorecerá la Industria 4.0 o la próxima “revolución industrial”.
Por ejemplo, en combinación con la robótica y la AI (Inteligencia Artificial en sus siglas en inglés), la impresión 3D puede crear oportunidades verdaderamente especiales. Gracias a ella, coste y tiempo de fabricación eficiente se convertirán en la norma. De esta manera, la impresión 3D se convertirá en tecnología transformadora, que lleva la innovación a una amplia gama de industrias y sectores, como el nuestro.
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